miércoles, 1 de mayo de 2013

En el día del Trabajo


En el siguiente texto, se habla de ese esfuerzo diario que se hace para sobrevivir, al igual que un breve recorrido por la realidad del país y el gobierno.
"Algún parecido con la realidad es pura coincidencia"

Una fecha que por un lado pretende hacer la conmemoración de un evento que sucedió hace más de un siglo y, por el otro, busca la reivindicación de los derechos de los trabajadores en el mundo.
Corría el año de 1886 cuando, en un día como hoy, en Estados Unidos se presentó una huelga por parte de unos sindicalistas que tenían la osada idea de pedir que la jornada laboral fuera de ocho horas. Las simples ocho horas que hoy son requisito legal de cualquier empleador para que pueda contratar a alguien. A pesar de pedir algo justo, ellos fueron ejecutados un tiempo después por hacer pública esta protesta. Sin embargo, su lucha  es recordada cada año el primer día del mes de mayo en distintos espacios: de academia, políticos, de protesta civil, entre otros.
Para poder honrar ese día de la forma en que debe hacerse, hay que recordar la fecha y los eventos que la acompañaron, y  al hacer efectiva esta celebración vale la pena, también, pensar en la situación en la que se encuentran los trabajadores del mundo y, en nuestro contexto particular, de Colombia.
Uno de los objetivos del presidente Juan Manuel Santos  era generar más empleo: una bandera que se repetía en la publicidad de su campaña. La meta del empleo, sin embargo, es muy difícil de lograr. La raya final que ha de cruzarse es esquiva y el camino es escabroso.
Pero este es uno solo de los problemas. El más preocupante, sin duda. Debajo de él, sin embargo, subsisten prácticas y modos de vida que no se ajustan a lo que un Estado Social de Derecho clama en sus normas. El subempleo, esa fórmula mágica con la que se mide, no a los empleados, sino a los ocupados, representa realidades terribles que las estadísticas no cuentan: actividades que no reportan un salario por encima del mínimo, extensas jornadas laborales y nulos aportes para el régimen de seguridad social y salud. Más de la mitad de los colombianos que tienen alguna ocupación, según el informe “Trabajo digno y decente en Colombia”, realizado por entidades públicas y asociaciones civiles, no tienen una remuneración digna y son expuestos a excesivas horas de trabajo.
Viajar por las calles de una ciudad como Armenia da un pálido reflejo de lo que es la realidad para muchos colombianos. El subempleo, la inestabilidad laboral y los bajos niveles de sindicalización son factores preocupantes. Este último no sólo por la violencia que contra esta población ejercen actores ilegales, sino porque incide negativamente en lo que los expertos llaman “el diálogo social”.
Paradójico entonces que se celebre el Día del Trabajo en Colombia de una manera superficial cuando aún queda tanto por hacer. El crecimiento económico no ha tenido ese “efecto goteo” para beneficiar a todos los sectores: hay problemas para conseguir un trabajo digno y decente y aún persiste la desigualdad que, sin ningún orgullo, es una de las más altas del hemisferio. Falta que se incluya el empleo en la política macroeconómica, que se flexibilicen las horas de trabajo en una reforma laboral que incluya la protección social universal entre muchos otros aspectos; es decir que no estamos de celebración.


1 comentario:

  1. muy bien, ahora debemos buscar mas imagen en el texto, o combinarlos... para no aburrir al espectador...

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