En el siguiente texto, se habla de ese esfuerzo diario que se hace para sobrevivir, al igual que un breve recorrido por la realidad del país y el gobierno.
"Algún parecido con la realidad es pura coincidencia"
"Algún parecido con la realidad es pura coincidencia"
Una fecha que por un
lado pretende hacer la conmemoración de un evento que sucedió hace más de un
siglo y, por el otro, busca la reivindicación de los derechos de los
trabajadores en el mundo.
Corría el año de 1886
cuando, en un día como hoy, en Estados Unidos se presentó una huelga por parte
de unos sindicalistas que tenían la osada idea de pedir que la jornada laboral
fuera de ocho horas. Las simples ocho horas que hoy son requisito legal de
cualquier empleador para que pueda contratar a alguien. A pesar de pedir algo
justo, ellos fueron ejecutados un tiempo después por hacer pública esta
protesta. Sin embargo, su lucha es
recordada cada año el primer día del mes de mayo en distintos espacios: de
academia, políticos, de protesta civil, entre otros.
Para poder honrar ese
día de la forma en que debe hacerse, hay que recordar la fecha y los eventos
que la acompañaron, y al hacer efectiva
esta celebración vale la pena, también, pensar en la situación en la que se encuentran
los trabajadores del mundo y, en nuestro contexto particular, de Colombia.
Uno de los objetivos
del presidente Juan Manuel Santos era
generar más empleo: una bandera que se repetía en la publicidad de su campaña.
La meta del empleo, sin embargo, es muy difícil de lograr. La raya final que ha
de cruzarse es esquiva y el camino es escabroso.
Pero este es uno solo
de los problemas. El más preocupante, sin duda. Debajo de él, sin embargo,
subsisten prácticas y modos de vida que no se ajustan a lo que un Estado Social
de Derecho clama en sus normas. El subempleo, esa fórmula mágica con la que se
mide, no a los empleados, sino a los ocupados, representa realidades terribles
que las estadísticas no cuentan: actividades que no reportan un salario por
encima del mínimo, extensas jornadas laborales y nulos aportes para el régimen
de seguridad social y salud. Más de la mitad de los colombianos que tienen
alguna ocupación, según el informe “Trabajo digno y decente en Colombia”,
realizado por entidades públicas y asociaciones civiles, no tienen una
remuneración digna y son expuestos a excesivas horas de trabajo.
Viajar por las calles
de una ciudad como Armenia da un pálido reflejo de lo que es la realidad para
muchos colombianos. El subempleo, la inestabilidad laboral y los bajos niveles
de sindicalización son factores preocupantes. Este último no sólo por la
violencia que contra esta población ejercen actores ilegales, sino porque
incide negativamente en lo que los expertos llaman “el diálogo social”.
Paradójico entonces
que se celebre el Día del Trabajo en Colombia de una manera superficial cuando
aún queda tanto por hacer. El crecimiento económico no ha tenido ese “efecto
goteo” para beneficiar a todos los sectores: hay problemas para conseguir un
trabajo digno y decente y aún persiste la desigualdad que, sin ningún orgullo,
es una de las más altas del hemisferio. Falta que se incluya el empleo en la
política macroeconómica, que se flexibilicen las horas de trabajo en una
reforma laboral que incluya la protección social universal entre muchos otros
aspectos; es decir que no estamos de celebración.
muy bien, ahora debemos buscar mas imagen en el texto, o combinarlos... para no aburrir al espectador...
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